En el mundo actual, donde la inteligencia artificial (IA) continúa revolucionando casi todos los sectores, el potencial de la IA suele ser en comparación con el auge de la alfabetización hace unos cientos de años. En aquel entonces, la alfabetización se consideraba dominio exclusivo de los sumos sacerdotes, los monjes y la nobleza. A medida que se desarrollaban las sociedades, la alfabetización se convirtió en una herramienta esencial para el enriquecimiento social. Hoy en día, el panorama de la IA es notablemente similar con el poder de la IA concentrado en las manos de los gigantes tecnológicos y sus ingenieros expertos en IA.
En el escenario actual, los sistemas de inteligencia artificial de alta potencia suelen estar concentrados en las grandes empresas tecnológicas debido a los importantes costes que implica el desarrollo y mantenimiento de los sistemas de inteligencia artificial. Con su amplia base de usuarios, estas organizaciones pueden compensar los costos de la IA a través de los enormes ingresos generados por sus sistemas impulsados por IA. Sin embargo, este enfoque monopólico limita la adopción generalizada de IA, especialmente en pequeñas empresas y sectores más allá de la tecnología e Internet.
Corporaciones versus pequeñas empresas y una solución como ChatGPT
Por ejemplo, considere al dueño de una pizzería local, que lucha con un exceso de pizzas sin vender y una escasez de suministros de ciertos sabores. Con la gran cantidad de datos generados a través de las ventas, la IA puede predecir la demanda de pizzas específicas y optimizar su producción. Un aumento modesto en sus ingresos, posible gracias a la IA, podría mejorar significativamente su negocio. Sin embargo, los costos prohibitivos de desarrollar un sistema de IA dedicado y la falta de aplicabilidad masiva de la solución hacen que esta sea una posibilidad remota.
Si consideramos el ejemplo de una empresa de camisas. Hay muchas aplicaciones de IA que pueden optimizar sus operaciones, desde la previsión de la demanda hasta la colocación de productos, la optimización de la cadena de suministro y el control de calidad. Sin embargo, las peculiaridades de las operaciones de cada empresa hacen que las soluciones universales de IA sean ineficaces. Además, el problema de la proliferación de cola larga en la IA, donde existe una gran cantidad de proyectos potenciales de IA de valor variable pero que siguen sin respuesta, limita el beneficio derivado de la tecnología de IA. chatGPT, por ejemplo, hace que la tecnología sea accesible hasta cierto punto para el público en general, pero no puede proporcionar predicciones sobre el tiempo de un artista, o sobre datos estadísticos y el propietario de la empresa de camisetas Para efectos del ejemplo, habrá un gran retraso en comparación con aquellos que tienen los recursos para desarrollar una IA adaptada a su empresa, en tal situación, cuando la brecha es mayor, es posible que la competencia no pueda existir y los que permanecerán serán solo las grandes ballenas.
¿Cómo se cierran las brechas y cuál es la solución?
La clave para resolver estos desafíos radica en la democratización de la inteligencia artificial y la posibilidad de que las pequeñas empresas y los individuos creen sistemas de inteligencia artificial personalizados y relevantes para sus requisitos. Esta visión refleja el auge de la alfabetización, donde el advenimiento del lápiz y el papel facilitó en gran medida la alfabetización masiva.
Las plataformas de desarrollo de IA emergentes ofrecen un enfoque alentador hacia este objetivo. Cambian el enfoque de escribir un código extenso a entregar datos, una tarea mucho más fácil para muchas personas y empresas. Estas plataformas ofrecen una interfaz intuitiva para enseñar a la IA cómo realizar tareas específicas para sus necesidades. Un inspector de calidad en una empresa de camisas, por ejemplo, puede entrenar la inteligencia artificial para identificar defectos en la tela proporcionando imágenes y marcando las áreas que representan defectos. Además, puede diseñar colecciones usando ensambladores de imágenes como Mitad del viaje o Dell-E
Este cambio no solo empodera a las personas, sino que también equipa a las pequeñas empresas para aprovechar el potencial de la IA. Si bien la tecnología aún está a unos años de ser accesible para todos, ya es útil para aquellos con un poco de conocimiento y capacitación en tecnología.
Así que concluyamos
En conclusión, la democratización de la IA es similar a la difusión de la alfabetización. El impacto de empoderar a las personas y las empresas para que desarrollen sus propios sistemas de IA es enorme y se subestima en gran medida. La IA ya ha comenzado a crear una enorme riqueza y, al democratizar el acceso a ella, podemos garantizar que esta riqueza se extienda por toda la sociedad. La IA no es un privilegio exclusivo; Puede ser una herramienta para todos, y depende de nosotros dar forma a este futuro prometedor.